Este se ha convertido en un tema de conversación recurrente en varios círculos de intelectuales de los que he sido testigo porque abre una pregunta: de si ya se escribió la gran novela de nuestro país. La cuestión se pone más seria a un cuando los círculos intelectuales encima se vuelven localistas y regionalistas. Ahí es más grave, ahí se preguntan sobre la gran novela de Quito o Guayaquil y ya mismo se van a preguntar por la gran novela de Tumbaco o de Ficoa. Tremendo. Lo peor es que en estos círculos de escritores y críticos (que además sin un mínimo temor a la soberbia postulan nombres como si esto fuera un concurso de belleza, esto, por cierto, me parece más grave que autopostularse como el gran novelista ecuatoriano) han definido ya lo que sería la gran novela ecuatoriana: una novela total.
Y bueno. Yo no se lo que será una novela total ecuatoriana, si se referirá a una novela que hable del barcelona, la liga y el emelec o si hablará de las tres regiones o de los 159 partidos políticos de nuestro país, o de todas las mujeres de Vito Muñoz. Todos son temas posibles, se me ocurre. Lo que más me asusta es que hasta se habla de la mínima extensión que debería tener, porque claro, a quién se le va a ocurrir la desfachatez de escribir una novela total de 90 páginas? sería aniquilado en estos mismos círculos. A menos que sea un genio dirán. Así mismo se han planteado modelos, se ha dicho que quién escribirá en Ullyses o el 2666 de la patria. Estamos jodidos entonces porque quienes alguna vez tenemos el sueño de escribir algo parecido a una novela tenemos que escribir en inglés o 1000 páginas en Times New Roman 11! Lo bueno es que yo no entiendo que es una novela total, porque no sé lo que es una novela por completo y menos cómo escribirla. Es una duda tremenda, porque como soy malo para la poesía y los pocos cuentos que me salen bien solo podrían disimularse en una novela, nunca voy a poder escribir en serio, o sin dudas por lo menos. Pero en cambio he visto y conocido tipos que hablan ya de su novela total nunca escrita, hasta saben como van a salir en la foto de la portada, pero no el título. Quizá lo que no se sospecha es que la gran novela ecuatoriana también puede ser una novelita, una cosa chiquita, una semilla. Por suerte el único proyecto de novelista que es mi amigo empezó por el título, entonces no todo es triste en la literatura. Estoy seguro que los futuros novelistas de mi país andan por ahí en las calles, sin chaquetas, ni whikises, ni palabrotas, sino en sus respectivas trincheras fumándose su bareto, escuchando basca, tomándose un vino clos y haciendo el amor no con Madame Bovary sino con la mujer que los convoca.
sábado, 15 de agosto de 2009
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