viernes, 15 de octubre de 2010

Cortázar romántico


Desde el comienzo, Cortázar nos enseña la figura que debemos tener en mente a medida que se va desarrollando el relato. Las ménades son unas criaturas griegas con carga mitológica, relacionadas a Dionisio. Aunque también relacionadas con la masacre de Orfeo. Esto último no tiene nada de inocente, pues el cuento se instala en una función musical y Orfeo es el músico por excelencia de la mitología Helénica. Patricio Goyalde ha profundizado en este tema y ha encontrado que el cuento de Cortázar en realidad asume estos dos registros mitológicos en su cuento las Ménades. Por un lado se instala el conflicto Dionisiaco-Apolíneo que atraviesa el relato en tanto existe una clara disputa entre el arte como razón y el arte como delirio. Esta yuxtaposición ha sido producto de largas digresiones filosóficas a lo largo de los siglos, quizá la más célebre es la postulada por Nietzsche en el “El nacimiento de la tragedia en el espíritu de la música.” Aunque sería una afirmación arriesgada, Las Ménades es una relectura de esta revisión de Nietzsche. Esto habría que profundizar y probablemente se lo ha hecho. Por otro lado, Goyalde deja entrever un secreto diálogo entre el cuento de Cortázar y un poema del romántico inglés John Keats. Keats retoma la mitología griega en su poesía. Pero lo hace desde un reordenamiento estético y no mitológico o trágico. El poema es “A una urna griega.” Poema de carácter romántico como dijimos, pero que también retoma la dicotomía Apolo-Dionisio. Esta dicotomía es la que tensa el cuento de Cortázar. Vale recordar que Cortázar había escrito un libro llamado Imagen de John Keats, analizando algunos de esos poemas incluyendo “A una urna griega.” No está de más decir que Cortázar tradujo ese poema al español. Al autor argentino le interesa la transposición de identidades y comportamientos que operan en el poema en relación al mito. Es esa la transposición que, acaso, también opera en el cuento “Las Ménades.” El romanticismo exalta “el goce inocente y total del objeto bello” despojado de toda su mitología. Para esto es necesario un reordenamiento de los elementos, casi una imposición del carácter poético sobre el filosófico, moral o mitológico. Ya ha dicho Barrenechea que lo fantástico es, a veces, un reacomodamiento de los elementos en relación a su disposición “real.” Ya dentro del relato de Cortázar el narrador dice “y es así como una flauta puede ponerse a sonar a tres metros de una mientras […]” (Cortázar 317). Esta experiencia que parece fantástica lo es solo en tanto existe dicho reordenamiento del mundo objetivo en el mundo del relato. Un juego que por otro lado tiene menos que ver con el mito de Orfeo, o con la dicotomía Dionisio – Apolo, que con una mirada romántica de la realidad. Es en estricto sentido un cuento romántico más que fantástico, porque el canibalismo es en esencia el goce en sentido absoluto del arte. La clave romántica, además, está dada de antemano por la música que están escuchando los actantes del relato.

lunes, 11 de octubre de 2010

El premio nietzsche de la paz

Hace un año exactamente escribí en este blog sobre el premio nobel entregado a Obama. Me reía y luego me dio miedo.

Ahora tengo pánico.

He hecho una investigación (en la medida de lo posible) más exhaustiva al respecto y he caído en este estado.

1 El nobel de literatura

Estaba un poco impaciente porque no entendía el premio a Vargas Llosa. Y estaba demasiado chuchaqui para entender el motivo de las reacciones. No porque sea un nobel literario y supuestamente mi tema es la literatura, especialmente la latinoamericana. Es porque estoy consciente de que no es un premio literario, sino político.

Estoy también consciente de que el peruano es un grandísimo escritor. Sobre todo "Conversación en la catedral" fue una novela importantísima para mi y, creo, para la lengua castellana. No escribo para decir que hubiera preferido que se lo den -antes que muriera- a Delibes el nobel, o a Goystisolo, que está vivo. Ni siquiera reclamo el nobel que no le dieron a Borges o a Vallejo. Tampoco quiero poner un grito en el cielo para que se lo den a Murakami, Marías o Dylan. Es sólo que me preocupa que el premio más político de todos se lo hayan dado a Vargas Llosa.

Qué quiere decir este nobel. Por qué no se lo dieran antes de "Las travesuras de la niña mala." O incluso antes, cuando era solo escritor y no uno de los más rancios y conservadores periodistas y voceros del nefasto neoliberalismo. Es un tackle contra quién. Por qué le perdonan cosas que no le perdonaron a Borges. Hay que ver a Vargas Llosa defendiendo la democracia y hacer lo que hizo en su campaña presidencial en el Perú. Es, para mí, un personaje político detestable, vocero del imperio, que desprecia los procesos de cambio en América Latina.

Pero esa es mi opinión, esa es mi opinión de Vargas Llosa. Lo que importa aquí es ver el peligro de ese nobel: la violencia cultural que propone.

Este nobel viene en el mismo año en que España gana un mundial de fútbol y está en la peor crisis laboral en mucho tiempo. Quién sino la academia española presionó para este nobel. Así como el presidente Salinas presionó para que le otorgaran a Paz el nobel hace dos décadas, en otro momento difícil para México.
Esta conseción, es más una complicidad. El nobel dirige las mareas de la cultura en occidente, eso lo sabemos. Si no fuera consciente de el alcance político de esto, por sensatez, no se lo deberían dar a Vargas Llosa. Sobre todo porque en los últimos años ha caído en la prudencia de dárselos a desconocidos. Si se lo dieron a Saramago en 98, fue para avisar que occidente no está en guerra contra el comunismo: aunque después la OTAN diera el golpe en los Balcanes. Qué presiones existen ahora para que se lo den a Vargas Llosa ahora, qué futuro están enmascarando, o qué presente en América Latina.
No entiendo por qué no se lo dieron a Fuentes, entonces, si el punto es enmascarar.

3 El nobel de la Paz

¿A un chino? Por primera vez en la historia. Y esto sumado al premio que le dieron a Obama. Si aquí no existe un criterio evidente por parte de la academia sueca, entonces donde lo encontramos.
Lo feo, es que la academia sueca siempre ha sido la encargada de legitimar a occidente en sus avanzadas bélicas sobre oriente como ejemplo de paz. Sino por qué la media docena de premios a las Naciones Unidas: a esa organización criminal.
La Agencia de Energía Atómica, la encargada de legalizar las armas nucelares, tiene su premio. Igual que la OIT: la organización criminal del trabajo. Falta que se lo den al FMI o a la OTAN.
Pero esto a mí me hace sentido porque se trata de un premio occidental, liberal. De todos modos la ONU fue la que secuestró la palabra paz en el léxico universal. Si en cualquier otro lado pronuncian la misma palabra, es terrorista, o insurrecta y merece ser aniquilado.

Pero, ¿a un chino?
Por qué?
Es el único chino importante en la historia, de el país más habitado del planeta. Por qué solo a chinos contra el régimen.

Es claro que están prescribiendo una visión hacia el régimen chino que es el que está dando de comer al munco. Régimen, que por otro lado no defiendo ni mucho menos, pero que no me parece menos brutal que el norteamericano. Y ambos no me parecen menos brutales que el nazi. Entonces por qué premian a un regimen criminal y no a otro ya que el nobel premia, con frecuencia, a criminales.

Quiero recordar que se lo dieron a Kissinger. Pero ahora descubrí que se lo dieron el 8 de octubre del 73: 28 días después de que mandara a asesinar a Allende en La Moneda e instalara el regimen de Pinochet.

Qué miedo, realmente.

Es claro que el nobel nos dice quienes son los buenos y quienes los malos. Beyond good and evil. Desde mañana lo voy a llamar el premio Nietzsche.

domingo, 10 de octubre de 2010

No vuelvo a ir al cine


1.
Tardecita suave en Puebla. Poca gente en los buses. Ideal para esperar la caída de la tarde y tomar un café a la interperie. Pero para eso debía acelerar el tiempo o disimularlo. Pasaba demasiado lenta la tarde. En la cartelera, "El infierno" la película mexicana mejor criticada del año. Al menos así lo había verificado an algunos diarios y foros en el internet. Me lo comentaron también algunos amigos en las últimas semanas: "anda a ver, está poca madre." No reparé en el director: Luis Estrada el mismo director de "La ley de Herodes." Ahora que escribo me reprocho: debí averiguar antes este dato.

2.
Angelópolis, lugar horrible, irrespirable. En esta zona de la ciudad la mayor ventaja cultural es que puedes dar una vuelta en U: recuerdo a Woody Allen en Los Ángeles: salvo que en lo único que se parecen Puebla y Los Ángeles es en el concreto que usan para las carreteras. El centro comercial atascado de ménades, de caníbales, trogloditas de Lacoste y Adidas. Cómo explicas que en México hay crisis con los parqueaderos de este santuario del consumo a reventar. Asqueroso realmente. En una mesa me esperaba Ana, por suerte: llegamos cinco minutos tarde: una máquina nos vomitó los boletos.

3.
Lo primero que vi de la película fue: CONACULTA (Consejo nacional para la cultura y el arte) en un fondo negro, diluyéndose. Entonces arrancaba. La primera imagen: Damián Alcázar. El mismo con el que simpaticé en "El crimen del padre amaro" y me horrorizó en "Crónicas" del gran Sebastián Cordero. Alcázar lo único bueno de la película.

4.
Voy a ir por partes.
Primero, la historia. Situada en un pueblo llamado San Miguel, al norte de México, donde dominan los narcos. Entonces la historia es de narcos. Entramos a ese mundo (de manera forzada y, diría, muy infantil) gracias a Bennie (Alcázar) un mexicano que a retornado al país después de veinte años en el país del norte, aunque de eso nos olvidamos pronto (primer gran error). Al llegar a casa de su madre se entera de la muerte de su hermano y va en búsqueda de explicaciones (no de venganza, Bennie es una especie de Cantinflas). Basta media secuencia para que Bennie encuentre a la viuda de su hermano: una mujer impresionante: la Megan Fox mexicana (segundo error porque está descontextualizada flagrantemente: en el imperio de la fealdad aparece este mujeron, nadie le cree cuando en algún punto dice que está fea o gorda o las dos cosas, es imperdonable el error del casting allí). Allí, bastan un par de secuencias más para que caigan perdidamente enamorados y entonces tengamos que soportar una escena pornográfica barata y grosera que nada tiene que hacer en la película y que es la única razón por la que piden credencial en la entrada: ¡¡¡¿¿ qué no saben que los niños pueden ver mejor porno en el internet???!!!
Este súbito y estúpido enamoramiento logra que Bennie asuma el papel de "papá de la casa." En este contexto su sobrino cae en la cárcel. Bennie lo va a salvar pero no le alcanza la plata. Es por esto que se mete al narco. Entonces entramos a este mundo de una manera tan forzada como infantil. Con el transurso de hechos que no son paródicos, sino vulgarmente graciosos (sobre esto quiero volver después) vemos como se convierte el personaje. El actor es bueno, hace lo que puede: el fallido es el personaje. Este Cantinflas poco a poco se va convirtiendo en un Antonio Montana salido de Los Pitufos o de Chespirito. Un personaje que se lo trata como una marioneta dirigida por un borracho. Solo es necesario decir que el tipo convence a unos policías comprados por la mafia para que no lo entreguen (después de un culebrón de casualidades digno de María la del Barrio) y luego lo terminan matando, pero no lo matan en realidad porque el disparo que le dieron (la única vez que matan a alguien de un solo disparo y no mil como pasa en TODA la película) fue en el brazo, y lo entierran (y no se dan cuenta que no está muerto mientras lo hacen) y luego sin ninguna sorpresa ya para el espectador (porque hemos perdido la capacidad de asombro) sale de su tumba para planear su funesta venganza.
Pero su funesta venganza es idiota. Estrada quiere hacer un remake del final de Inglorious Bastards o de Scarface o de El Padrino, y le sale algo como Betty la fea. Cuando ha logrado esto la película, después de tenernos amargamente confundidos, nos hace un giro de tuerca enmohecida. Nos enteramos de que el tipo a muerto porque vemos su tumba: ¿cómo si ya se chingó a todos sus enemigos? Cuando parecía que la peli no podía empeorar, empeora, con una escena del sobrino de Benni tipo Rambo acribillando (él solo!!) a un grupo de narcos de la siguiente generación.
Si mi resumen parece confuso, lo es. Eso amerita la película.

5.
El humor.
He visto muchos comentarios, incluidos de críticos de cine pagados, que hablan de que un gran mérito de la película es el humor. No es humor, es folclor. Lo que nos saca una sonrisa es escucharnos en la pantalla grande. Escuchar un "chinga tu madre" evidentemente nos saca una sonrisa.
El cinismo de los personajes, un cinismo que quiere hacer recordar a Tarantino y la deuda que tiene esta película con él, no cristaliza y no tiene el efecto necesario. Esto pasa porque Estrada estira demasiado el tono folclórico en los personajes y los empobrece, por eso el cinismo que intenta queda trunco. A lo mucho saca una sonrisa, no esa sonrisa malvada que nos saca Tarantino o incluso Cuarón (Y tu mamá también), que se convierte en saliva, o canguil. Ese cinismo que debería tensar la película fracasa: la película no está ajustada, se desarrolla con dificultad, da muchas vueltas entre chiste y chiste y estos pierden su efecto de acumulación.

6.
La Referencia Intertextual.
El claro referente de película de gángsters es El Padrino. Se podrá estar de acuerdo o no que es la mejor película de este ya Género Cinematográfico. Es obvio que "El infierno" necesita de otro régimen estético por tratarse de gángsters rancheros en el siglo XXI. Pero este régimen estético ¿tenía que basarse en la payasada? Lo magistral de Los Corleone, es que son un estereotipo pero nunca lo sabemos. Estamos todo el tiempo viendo fiestas italianas, escuchamos el acento, escuchamos italiano, entramos a su religiosidad y a su folclor, pero todo esto al final funciona en el ambiente de la película, nos sumerge en él. En esta películas somos unos extraños, esto prueba su fracaso. El ingreso a ese mundo es dificultoso y no se da, nunca nos conmueve nada y lo que es peor, nunca nos duele nada: ¿no es ese el punto final del arte?

7.
Lo último que he dicho es lo más importante de esta larguísima crítica. Y siento que se puede alargar más porque nadie la va a leer, así que qué más da. En todo caso vuelvo.

Si la finalidad de esta película era mostrarnos esa cruel realidad, lo hizo de una manera incompleta. Y creo que deliberadamente incompleta. Nos la muestra a través de la sangre: del morbo, del diario amarillista. Tiburón es grande porque nunca vemos al monstruo. No hay elaboración artística en la película y tampoco hay denuncia, o si la hay es partidista. El guión está por un lado opacado por la escena sangrienta lo cual hace complicado entrar en la sicología de los personajes, o en la sicología de un pueblo. No es que están superpuestas, la una eclipsa a la otra, eso prueba que no se trata de una obra de arte si no de otra cosa. El objetivo es horrorizarnos a través de lo fácil: la sangre, los tiroteos. Pero además horrorizarnos solo de un lugar del horror: el mundo de los narcos. Por qué entonces si hay denuncia esta es incompleta. Por qué no nos dice del horror de un gobierno fascista que masacra. ¿Por qué solo les culpa a los narcos de la desgraciada realidad mexicana? La película enfoca a los narcos como enfermos mentales: eso querido Estrada se llama facilismo. Pero voy a ir más allá.

No quiero especular. No quiero decir que fue financiada por el gobierno, a pesar de que fuera financiada por CONACULTA. Pero ¿Por qué demonios no aparece ni un solo miembro del nefasto ejército mexicano a excepción de la imagen de la estación de bus? Parece que la película hace una acusación a todo el sistema pero no es cierto: culpa a los gobiernos locales. Pone en el paredón al presidente de San Martín y a su policía (y a los gringos, claro, pero de manera cobarde) pero nunca al gobierno central. ¿Es esto un encubrimiento?

No, es peor. Esta película es parte de la llamada guerra contra el narcotráfico , que en realidad es la guerra contra México: la escena final lo prueba: el águila está sangrando. Es una guerra silenciosa (qué digo silenciosa, escadaloza) que también se instala en el mass media. Creo que no digo ningún secreto. Esta película no solo es mala por mediocre, es mala porque no es una película, es otra cosa, una ráfaga de ametralladora, un balazo mediático.

Por eso, no voy a ir más al cine,
no por ahora.