miércoles, 26 de agosto de 2009
Atame. Una película brutal.
1.
Una segunda lectura de Átame, la escandalosa película de Pedro Almodóvar, nos indica hasta dónde puede llegar una obra maestra. Cómo cualquier Almodóvar, Átame pone a contraluz la condición humana. Lo hace poniéndola en ridículo, desnudándola y haciéndole una autopsia mientras agoniza todavía. En este caso en concreto Almodóvar a llevado al absurdo hacia un estado de gracia, a una cúspide que es precisamente donde está a punto de terminar la película (entonces Enrique que había soñado todas las noches con Marina no tuvo más remedio que volver a su pueblo natal, ahora en ruinas. De allí solo recuerda a sus padres y de ellos solo su reflejo en el espejo mientras su madre afeitaba a su padre. De ese pueblo no le queda más que una fotografía tomada en la puerta de su casa a la que se enfrenta después de veinte años. No había regresado allí desde que sus padres murieron. La puerta se ha caído y el agujero se agranda más todavía porque le falta Marina. Parece Comala. O Media Luna. O cualquier pueblo del que Rulfo nos contó alguna vez, salvo que allí tampoco habían fantasmas. No era un pueblo fantasma al que Enrique regresó. No daba miedo volver y no encotrarse con nadie. Eso ya lo sabía de antemano, por eso dolía tanto Marina. De modo que subió a la cúspide de lo que parecía ser una antigua iglesia, derrotada por años de viento y de silencio, a mirar lo que hubiera mirado con ella.) pero no termina. Almodóvar nos sigue obligando a sumergirnos en sus personajes, nos da licencia para buscarles lunares en la entrepierna. No es que estos sean especialmente transparentes. Al contrario. Buscar dentro de ellos duele y duele tanto que optas por reír.
Atame nunca provoca nada, no provoca sensaciones. Las inventa.
2.
La historia se trata de un secuestro. Mejor dicho, se trata de un tipo que secuestra a una mujer solo porque está enamorado de ella. Eso es lo que importa. Lo que me importa a mi por lo menos, que anduve persiguiendo esta trama para conseguirla en un cuento, que creo que pocos leyeron, pero de cual, después de esto, pienso poco o mal; es plantear unos problemillas personales alrededor de mi segunda experiencia con esta brutal película.
Problema No. 1
Tengo unas ganas inmensas de decir que lo escribí mucho antes de haber visto la película. Aunque el Alvaro Aleman me advirtió de su existencia yo me resistí a verla por miedo a quitarle originalidad a mi proyección personal sobre el secuestro.
Posible Solución al Problema No. 1
La originalidad no existe. O como dice Benigni en otra película (El Tigre y la Nieve) "es lo más viejo que existe."
Segundo, mi cuento no es de un secuestro.
Problema No. 2
Temo mucho que la película (y mi pésimo eco en forma de cuento) me hayan impactado tanto por una razón personal que pretendo conocida.
Posible Solución al Problema No. 2
Sí, hay que temer esto, pero esto no le quita la genialidad a la película.
3.
Es altísimamente recomendable ver esta película acompañado de algo que sujetarse y de preferencia solo. No es la película que le quieres mostrar a la persona que te guste. Quizá vaya a sospechar de ti en caso que te queden ganas de secuestrarle (lo cual es muy probable) y esto no es una jugada inteligente. A mi, sencillamente me noqueó. El noqueo (que se produjo en todos los rounds, aunque es un noqueo que te inspira seguir levantándote para otra golpiza) no ocurre por la originalidad refrescante con que trata el tema del secuestro porque sencillamente la película no busca reivindicar el secuestro, lo legaliza. Y aún así pienso que en una segunda experiencia con Átame (sobretodo en una segunda lectura) hay que entrarle con cuidado pensando en que los personajes, como en cualquier obra maestra, nos hablan a nosotros de nosotros. Se entiende? Y al hablarnos de nosotros, nos burlan, nos torean y nos humillan. Para que no nos duela tanto el galletazo, Almodóvar tiñe de sarcasmo los diálogos, aunque acabo de pensar que es para hacer exactamente lo mismo.
4.
Vean Átame. Veanla dos veces, yo estoy por recomendar más la segunda vez que cualquier otra cosa. Veanla y por FAAVOR que alguien con mejor ojo que yo haga un comentario en el blog más decentón. Yo me siento simplemente, cogido por un toro.
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