miércoles, 26 de agosto de 2009

Atame. Una película brutal.




1.
Una segunda lectura de Átame, la escandalosa película de Pedro Almodóvar, nos indica hasta dónde puede llegar una obra maestra. Cómo cualquier Almodóvar, Átame pone a contraluz la condición humana. Lo hace poniéndola en ridículo, desnudándola y haciéndole una autopsia mientras agoniza todavía. En este caso en concreto Almodóvar a llevado al absurdo hacia un estado de gracia, a una cúspide que es precisamente donde está a punto de terminar la película (entonces Enrique que había soñado todas las noches con Marina no tuvo más remedio que volver a su pueblo natal, ahora en ruinas. De allí solo recuerda a sus padres y de ellos solo su reflejo en el espejo mientras su madre afeitaba a su padre. De ese pueblo no le queda más que una fotografía tomada en la puerta de su casa a la que se enfrenta después de veinte años. No había regresado allí desde que sus padres murieron. La puerta se ha caído y el agujero se agranda más todavía porque le falta Marina. Parece Comala. O Media Luna. O cualquier pueblo del que Rulfo nos contó alguna vez, salvo que allí tampoco habían fantasmas. No era un pueblo fantasma al que Enrique regresó. No daba miedo volver y no encotrarse con nadie. Eso ya lo sabía de antemano, por eso dolía tanto Marina. De modo que subió a la cúspide de lo que parecía ser una antigua iglesia, derrotada por años de viento y de silencio, a mirar lo que hubiera mirado con ella.) pero no termina. Almodóvar nos sigue obligando a sumergirnos en sus personajes, nos da licencia para buscarles lunares en la entrepierna. No es que estos sean especialmente transparentes. Al contrario. Buscar dentro de ellos duele y duele tanto que optas por reír.
Atame nunca provoca nada, no provoca sensaciones. Las inventa.

2.
La historia se trata de un secuestro. Mejor dicho, se trata de un tipo que secuestra a una mujer solo porque está enamorado de ella. Eso es lo que importa. Lo que me importa a mi por lo menos, que anduve persiguiendo esta trama para conseguirla en un cuento, que creo que pocos leyeron, pero de cual, después de esto, pienso poco o mal; es plantear unos problemillas personales alrededor de mi segunda experiencia con esta brutal película.

Problema No. 1
Tengo unas ganas inmensas de decir que lo escribí mucho antes de haber visto la película. Aunque el Alvaro Aleman me advirtió de su existencia yo me resistí a verla por miedo a quitarle originalidad a mi proyección personal sobre el secuestro.

Posible Solución al Problema No. 1
La originalidad no existe. O como dice Benigni en otra película (El Tigre y la Nieve) "es lo más viejo que existe."
Segundo, mi cuento no es de un secuestro.

Problema No. 2
Temo mucho que la película (y mi pésimo eco en forma de cuento) me hayan impactado tanto por una razón personal que pretendo conocida.

Posible Solución al Problema No. 2
Sí, hay que temer esto, pero esto no le quita la genialidad a la película.

3.
Es altísimamente recomendable ver esta película acompañado de algo que sujetarse y de preferencia solo. No es la película que le quieres mostrar a la persona que te guste. Quizá vaya a sospechar de ti en caso que te queden ganas de secuestrarle (lo cual es muy probable) y esto no es una jugada inteligente. A mi, sencillamente me noqueó. El noqueo (que se produjo en todos los rounds, aunque es un noqueo que te inspira seguir levantándote para otra golpiza) no ocurre por la originalidad refrescante con que trata el tema del secuestro porque sencillamente la película no busca reivindicar el secuestro, lo legaliza. Y aún así pienso que en una segunda experiencia con Átame (sobretodo en una segunda lectura) hay que entrarle con cuidado pensando en que los personajes, como en cualquier obra maestra, nos hablan a nosotros de nosotros. Se entiende? Y al hablarnos de nosotros, nos burlan, nos torean y nos humillan. Para que no nos duela tanto el galletazo, Almodóvar tiñe de sarcasmo los diálogos, aunque acabo de pensar que es para hacer exactamente lo mismo.

4.
Vean Átame. Veanla dos veces, yo estoy por recomendar más la segunda vez que cualquier otra cosa. Veanla y por FAAVOR que alguien con mejor ojo que yo haga un comentario en el blog más decentón. Yo me siento simplemente, cogido por un toro.

Alguien póngale título. Cuento.

Esta noche te llevaré una rosa, le sacaré las hojas que han ido perdiendo cierto verdes necesarios. Le extirparé las espinas. La niña que me vende la rosa sabe que voy a tu casa. Es gentil la tardecita, hay una dulce desesperación que se apodera de mi mano. Te llevo una flor aunque pareciera que tengo en la mano una granada. Algo que dijiste en el teléfono desciende sobre la vorágine de los automóviles. En secreto propusiste dulcísimas obscenidades, como si temieras que dios nos escuchara. De mi casa me fui lavando con mis mejores perfumes, de las calles traté de robarme la historia del mundo para contártelo cuando banderees un pañuelo blanco en señal de derrota. A esta hora el tráfico se amontona en angustias y en cansancios. Pero el semáforo también fabrica contraseñas. Que siga me dice y yo, cada vez más cerca de tocar el timbre de tu puerta para apoderarme del silencio a su interior. Pobrecita la gente, anda equivocada sin tu pelo, diría Juan. Tu pelo será el acertijo que trataré de descubrir más adelante. Tu pelo recogido en misterios con una bincha. Cruzar la calle es casi como ir resolviendo un secreto que no se ha roto desde hace siglos. Es mentira absolutamente todo, excepto el camino que finalmente me arrojará a tus brazos. Tus brazos. Un olor que aletea desde tu memoria más reciente insinúa mis soplidos erizando los vellos de tus brazos. Será lo primero que haga. Después te besaré como nunca. Nunca que en estos casos es el complaciente destino del siempre. Casi tropiezo con la vereda, no me avergüenzo. La torpeza de un cuerpo enamorado es el mayor honor al que podemos humildemente aspirar. ¿Habré tropezado contra un pedazo de ciudad, o contra vos? Esas trampas son una delicia en las que estoy dispuesto a caer indefinidamente. La boca anda caprichosa y por eso debo morderme los labios, es preciso entrenar a estos dientes que irán mordiendo tus endebles protuberancias. No me mirarás entonces. Solo me acariciarás la cabeza como a un perro desahuciado y luego masajearás mis orejas. Pero no me acelero, es igual de importante imaginar quién serás tú esta tardecita que anda pidiéndole dos minutos más de vida al sol. Imagino que la tarde se te habrá metido en las axilas y entre las piernas y en todas las esquinas a donde, dentro de poco, iré a cometer dulces fechorías. Cómo estarás vestida. Cuando me pidas permiso para ir al baño saldrás con el primer botón de tus blue jeans desabrochado. Entonces habrá anochecido. Yo habré tirado mi saco en el sofá dónde tantas veces se aventuraron mis labios. Pero esta vez iremos a tu cuarto. Las paredes debilitadas empezarán a transpirar todo el amor que iremos gritando. Tu lámpara será el único ojo abierto. Y las calles me siguen llevando, no camino sobre ellas. Serpentean en las plantas de mis pies los quince baches que son la cuenta regresiva hacia tu cuerpo.
En la mano te traigo una rosa y con el índice decidido aprieto el timbre 402 que es el número que me aprendí cuando aprendí a tocarte. Hace un tiempo largo que no respondes al timbre, como si lo hubieras olvidado. La puerta iba estar abierta por si estabas dormida y, sobre todo, para no tener que dar la cara a los vecinos que no podrán lidiar con mi felicidad. El guardia me mira desde la caseta, desamparado. Tiene el pito encendido en los labios para protestar por los carros mal parqueados y por las ausencias que abrazará en el frío. Hay algo de nerviosismo que suda desde la puerta de vidrio. Empiezan a temblar mis rodillas como si estuviera dentro de un campanario. Al frente de tu casa la panadería recibe el hambre como tú me recibirás en segundos. La gente en la fila de la tienda me mira porque no tiene a donde más mirar. Un hombre embriagado por la certeza de una mujer es un espectáculo ineludible de presenciar. ¿No quieres tú ser testigo de semejante espectáculo? Pero te demoras, no suena la gloriosa trompeta de tu timbre. La impaciencia también es un placer difícil de controlar cuando se tiene tus certezas. Encima me estorba la piel que se parece a una brújula ciega apuntando hacia el posible norte en donde estás esperándome. El ascensor suena como un monstruo que tiene ganas de dormir. El lamento lúgubre de las cadenas bajan como un pecado. Las puertas se lamentan al separar el eterno beso del abandono. Apareces con una especie de sonrisa que solo se puede explicar con un evento desafortunado. Tu llamada, como siempre, había sido mentira.

martes, 25 de agosto de 2009

Destello de Tokio Blues.





"Pero lo cierto es que mi memoria se ha ido alejando de aquel prado y son ya muchas las cosas que he olvidado. Al escribir así, persiguiendo mis recuerdos, a menudo me asalta una insegurdad terrible.¿No estaré olvidando la parte más importante? Acaso no existe en mi cuerpo una especie de limbo de la memoria donde todos los recuerdos cruciales van acumulándose y convirtiéndose en lodo?
Esto es cuanto puedo conseguir ahora: asir con fuerza dentro de mi pecho unos recuerdos incompletos que ya han palidecido y siguen palideciendo a cada instante que pasa, y escribir estas líneas con la desesperación de un hombre que va chupándose la médula de los huesos. Ésta es la única forma de mantener la promesa que le hice a Naoko
Tiempo atrás, cuando todavía era joven y mis recuerdos eran mucho más nítidos que ahora, intenté escribir varias veces sobre Naoko. Pero entonces fui incapaz de escribir una sola línea. Era consciente de que una vez brotara la primera frase, las restantes fluirían espontáneamente, pero ésta jamás brotó. Todo era demasiado nítido y yo nunca supe cómo moldearo. El mapa más detallado puede no servirnos en algunas ocasiones por esta misma razón. Pero ahora lo sé. En definitiva -así lo creo-, lo único que puede verter en este receptáculo imperfecto es un texto, son recuerdos imperfectos, pensamientos imperfectos. Y cuanto más ha ido palideciendo el recuerdo de Naoko, más capaz he sido de comprenderla. Por supuesto ella intuía que mi memoria la borraría algún día. Por eso me lo pidió: "¿Te acordarás siempre de que existo y de que he estado a tu lado?".
Este pensamiento me llena de una trsiteza insoportable.
Porque Naoko jamás me amó".



Este es un fragmento de la novela de Haruki Murakami. Tokio blues Norwegian Wood. Tusquets Editores, Mexico, 2005. pp. 16.


Comprendo que cualquiera que lea una reseña quiere leer una de todo el libro. No espera que seleccione vilmente un fragmento y que se reflexione a partir de allí toda una novela, al menos no una magnífica como la del autor japonés. Lo bueno es que esto no es una reseña.

Tokio blues hizo de Murakami un escritor de culto y con razón. Si se quiere saber las verdaderas causas se debe leer la novela o al menos una reseña seria como la que escribe Rodrigo Fresán en El País. Esta como no es una reseña, es apenas una homenaje chupamedias al libro. Se basará en el fragmento que acabo de compartir.

No voy a decir que este fragmento explica o resume la novela. Pero me resulta fundamental para llenar uno de los aspectos que hacen de Tokio Blues una pieza maestra. Estos tres párrafos cierran el primer capítulo. Lo fundamental de estos párrafos, que son un minicapítulo, no es solamente la capacidad de abstraer la trama. Advierte al lector en qué condiciones debe uno envolverse en el relato. Señala un camino nublado en el que en cualquier momento se puede tropezar fatalmente, caer en un pozo secreto del cual es imposible salir, entre otras cosas porque nadie podría escuchar nuestro grito de auxilio. Un pozo parecido al que Naoko le tiene miedo en la caminata que antecede su pedido antiolvido.

El fragmento, sin embargo, tiene una dimensión secreta que lo hace aún más maravilloso. Es aquí, tempranísimo, donde el autor reconoce las miserias de escribir de memoria, donde resalta su preocupación personal sobre la literatura: la literatura está en el limbo y está embarrada de lodo. De un lodo del que va a ser dificil deshacerse. Allí la tarea del escritor: desempolvar la memoria. Está clarísimo el reto que se plantea Murakami en Tokio Blues.

La adevertencia está hecha. Fresán dice que "Murakami -al igual que los Beatles- produce adicción, provoca numerosos efectos secundarios..." Es sin duda una novela que rompe algo, cala prpfundo en cómo se piensa la relación entre literatura y memoria. ¿Serán lo mismo?

Nueva Evangelizacion

Luis Ángel Saavedra (NOTICIAS ALIADAS)
Aporte de Juan Mateo Espinosa


La Iglesia Católica del Ecuador ha logrado un importante apoyo del gobierno para mantener la supremacía en sus tareas de educación y evangelización de los pueblos indígenas amazónicos y otros sectores sociales marginados, convirtiéndola, en pleno siglo XXI, nuevamente en tutora del desarrollo de estos pueblos.

En efecto, el presidente Rafael Correa y el ministro de Educación Raúl Vallejo emitieron el pasado 12 de junio el Decreto 1780 mediante el cual se faculta al Ministerio de Gobierno y Policía a celebrar contratos con las misiones católicas que operan en las provincias amazónicas (Sucumbíos, Orellana, Napo, Pastaza, Morona y Zamora), en la provincia costera de Esmeraldas y en la provincia insular de Galápagos, para financiar el trabajo de estas congregaciones "en pro del desarrollo, fortalecimiento de las culturas, evangelización e incorporación a la vida socioeconómica del país, de todos los grupos humanos que habitan o habitaren dentro de la jurisdicción territorial encomendada a su cuidado, exaltando los valores de la nacionalidad ecuatoriana".

El decreto faculta a las misiones católicas a crear establecimientos educativos, acceder a frecuencias de radio y televisión, coordinar proyectos productivos con los Ministerios de Agricultura y de Ambiente y construir carreteras para acceder a las zonas en las que se ejecuten sus obras misionales. Para todo esto no sólo recibirán el financiamiento gubernamental, sino que contarán además con el apoyo logístico de las Fuerzas Armadas.

"Este decreto es un mensaje grotesco para la humanidad", afirmó Auqui Tituaña, ex alcalde indígena de Cotacachi, en la norteña provincia de Imbabura, cuya gestión municipal recibió varios premios internacionales por su capacidad de administración y por haber transformado a esta localidad en la primera "ciudad ecológica" del país.

Para Tituaña, el Decreto 1780 es una nueva forma de someter al pueblo indígena. "No puede ser que en el siglo XXI, el gobierno crea que los indígenas necesitamos que nos den pensando, que nos den hablando, que decidan por nosotros. Así piensan los que siempre han querido someternos", afirma.

¿Estado laico o confesional?

El decreto, que se fundamenta en caducos acuerdos celebrados por el Estado ecuatoriano con el Vaticano, como el denominado "Concordato con la Santa Sede", firmado en 1862, y el acuerdo adicional, denominado "Modus Vivendi", de 1937, contradice los principios de un "Estado laico", como se caracteriza al Ecuador en la Constitución del 2008, y nuevamente mezcla las responsabilidades del Estado con las tareas específicas de una congregación religiosa.

"Este decreto convierte al Ecuador en un Estado confesional. La paradoja de la historia es que el Estado confesional que ha cedido la soberanía, los territorios y sus poblaciones a las tareas de la evangelización y encomienda, ha sido realizado por un gobierno que tiene toda la fama de ser de izquierda y que utiliza la retórica del socialismo del Siglo XXI para legitimarse", asegura el analista político y ex ministro de Economía Pablo Dávalos.

Llama la atención también la inclusión de los pueblos "ocultos" o "no contactados" en este decreto, al asegurar que éste rige para "los grupos humanos que habitan o habitaren" en el territorio encargado a las misiones.

"Otra vez nos han entregado en cuerpo y alma a la Iglesia [Católica]. Hemos vuelto a la Colonia, a la época en que los indígenas éramos cazados y arrastrados a las encomiendas para que nos evangelicen y nos incorporemos a la vida económica", asegura la ex asambleísta indígena Mónica Chuji, quien defiende el derecho de aislamiento de los pueblos no contactados. "Las misiones religiosas ahora están autorizadas para buscarlos, educarlos y evangelizarlos".

Para Chuji, también es polémico que el decreto delimite el marco de la educación en pro de los valores de la nacionalidad ecuatoriana: "Es un intento de homogenizar nuestras culturas y nuestros valores. No se considera que ante todo somos indígenas, de nacionalidades distintas; esto pesa más que la denominada nacionalidad ecuatoriana", afirma.

Evangélicos protestan

Por otra parte, las organizaciones indígenas evangélicas también han rechazado el Decreto 1780 por ser discriminatorio: "Condenamos la decisión de privilegiar y favorecer a la Iglesia Católica con los recursos del pueblo ecuatoriano, y excluyendo, discriminando y ofendiendo a la población evangélica y otras religiones que se profesan en nuestro país", dice un manifiesto divulgado por el Consejo de Pueblos y Organizaciones Indígenas Evangélicas del Ecuador. La Iglesia Evangélica fue la pionera en establecer sistemas de educación y desarrollo que modificaron las formas de vida de los pueblos indígenas amazónicos.

También sectores progresistas de la Iglesia Católica se han pronunciado: "Puede que el decreto tenga buenas intenciones, pero a estas alturas de la historia usar palabras como ‘evangelización’ o ‘incorporarlos al desarrollo’, sin duda borran las buenas intenciones", afirma Xavier Villaverde, del Fondo Ecuatoriano Populorum Progressio, entidad religiosa jesuita que ha apoyado el desarrollo de sectores indígenas y campesinos en el Ecuador.

Para Dávalos, el gobierno de Correa "es un proceso conservador, involutivo políticamente, regresivo en materia de derechos".

Las decisiones gubernamentales respecto a los pueblos indígenas y otros sectores sociales, como las mujeres, parecen darle la razón a Dávalos, pues no se puede explicar de otra manera la eliminación de las instituciones autónomas de desarrollo y educación indígenas y su incorporación en una planificación centralizada, así como la eliminación de la autonomía del Consejo Nacional de las Mujeres (CONAMU), institución que se encargaba de promover el desarrollo y el respeto de los derechos de la mujer.

La reacción de los pueblos indígenas no ha tenido hasta el momento la suficiente fuerza como para forzar la derogatoria del decreto, pues aparte de los pronunciamientos de rechazo, no se han definido otras acciones; incluso, la primera demanda de inconstitucionalidad del decreto provino de sectores mestizos que intentan mantenerse en el espectro político nacional.

El movimiento indígena se mantiene en la encrucijada: apoyar un proceso de reformas gubernamentales impulsadas por Correa que puede beneficiarlos en cuanto a inversión social, pero que puede destruirlos en cuanto a identidad y permanencia como nacionalidades; o asumir la decisión de oponerse a un gobierno que los está golpeando sin consideraciones: el Decreto 1780 es sólo uno más de estos golpes.

sábado, 22 de agosto de 2009

A propósito del pasado bicentenario y caminando hacia la masacre de 1810...

Esto debí haberlo puesto en nuestro blog mucho antes. Perdón por la demora.

BICENTENARIO 2009

¿qué se festeja? ¿Independencia? ¿De quienes?

Durante estos últimos días y meses se ha venido promocionando la celebracion del Bicentenario de la independencia del Ecuador, organizado un sin número de actividades festivas a lo largo y ancho del país. Sería ingenuo y banal decir NO, a esta fiesta. Sin embargo, es necesario mirar un poco más allá. Mirar que hay detrás de este festejo. Festejar y recordar algo o no hacerlo también tiene un peso simbólico y político que no se puede obviar, si de verdad se quiere transformar y revolucionar las estructuras del sistema, debemos también empezar a romper la colonialidad de la historia, de los recuerdos y los festejos.

Hace 200 años en Quitu se dio el primer grito de la independencia de casi todos los paises de Latino América, que es el primer intento de las colonias españolas de América por obtener la libertad. Este proceso independentista terminaría obteniendo la “libertad” de todas las colonias de España en América. Para posteriormente crear nuevas republicas libres. Nace así la época republicana para las tierras americanas.

Reflexionemos más, sobre lo que realmente pasó. Fue realmente una verdadera independencia para los pueblos de Ámerica? Para los pueblos originarios y para los mestizos y los afrodescendientes? Muchas miradas históricas nos dicen que no fue así.

El motivo de este proceso independentista, no fue la liberación de los pueblos oprimidos por la corona española, ni la busqueda de una equidad social, política ni cultural, respondió a intereses particulares de la clase criolla (españoles nacidos en Ámerica), que bajo un contexto político desfavorable a sus intereses particulares optaron por movilizarse y tomar el poder bajo sus pies. Durante la colonia , el poder real tanto político, económico como cultural estaban en manos de la realeza española, quienes ejercían su poder a través de la clase criolla americana. En el contexto histórico del primer grito de independencia, peligraba el poder político de los españoles sobre su propia tierra y obviamente sobre sus colonias. Es así que la clase criolla opta por adueñarse de las tierras y recursos americanos.

Sin embargo, la realidad de los pueblos que siempre fueron oprimidos como son los pueblos indígenas, mestizos y afrodescendientes nunca lograron avistar verdaderos cambios para bien. A pesar, de que muchos indígenas, mestizos y afro descendientes participaron en el proceso independentista, nunca tuvieron oportunidad real de una influencia en el proceso, solamente fueron carne de cañón, la opresión sobre los pueblos no cambio en nada.

Una prueba de que la situación para los pueblos oprimidos no cambio en nada, se demuestra durante la época republicana, donde continuaron uno tras otro los levantamientos indígenas en contra de la opresión del estado, que no fue creado para cambiar y mejorar la situación de los pueblos, sino mas bien para continuar con las mismas prácticas de explotación, el único cambio sucedido fue un cambio de patrón, una de las luchas más representativas fue el levantamiento de Fernando Daquilema, quien con miles de indígenas decidieron levantar su voz contra el tirano que mantenía los mismas estructuras de explotación contra los pueblos originarios de estas tierras, y quienes incluso ofrendaron con su vida estos procesos de lucha y combate en el gobierno de García Moreno.

Los nuevos estados latinoamericanos fueron construidos a la medida de la clase criolla y pudiente de las grandes ciudades, es decir, quedaron fuera de esa construcción la gran diversidad de pueblos de la ámerica indígena y mestiza, quienes nunca tuvieron una participación real dentro de los estados creados, tampoco se tomo en cuenta sus propios procesos políticos de insurgencia. Lo creado con la independencia fueron estados uninacionales, bajo una sola mirada y una sola dirección política cultural.

Hoy los pueblos seguimos luchando y construyendo procesos de organización que nos lleven la autodeterminación de los pueblos. La Independencia no se ha dado, NO FESTEJEMOS algo que para los pueblos oprimidos de la ámerica india, mestiza y afro descendiente no fue real, ni tampoco lo es ahora. Como lo demuestra el decreto 1780, donde se vuelve a revivir esos aires coloniales, a través de la entrega de la educación pública, salud pública, y el poder de organizar comunidades entre otras cosas a determinadas órdenes religiosas con el fin de “evangelizar” e “integrar a la vida nacional” a los pueblos indígenas de la Amazonía, Galápagos, y Esmeraldas. Decretos como estos nos hacen pensar que tan “Independizados” estamos de los poderes coloniales.

Pensamos que si hay algo que festejar y recordar es la lucha de los pueblos en su permanente busqueda de autodeterminación. Nos preguntamos ¿por qué no se festeja y se recuerda el levantamiento y la lucha de Daquilema, de Manuela Leon, por la libertad del pueblo indio? ¿Por qué no se festeja y se recuerda la lucha de Túpac Amaru por la libertad de la América india y mestiza?

Cien años antes que los criollos independentistas se organicen, los pueblos oprimidos se sublevaban contra la corona española, logrando poner en peligro el poder español y criollo. Obviamente quienes condenaron y acallaron el levantamiento fueron esos criollos y españoles que nunca quisieron que los indios y mestizos tengan autodeterminación de sus pueblos. Y así las luchas populares nunca se recuerdan ni se festejan, como si estas no existieran.

Hay una especie de neo colonialidad del recuerdo, se festeja lo que la gente poderosa hace o deja de hacer, y son ellos los que nos dicen también que hay que recordar y festejar. Lo que no se recuerda simplemente no existió, es una especie de negación de la historia de los pueblos. Al poder neo colonial no le interesa que los pueblos recuerden su historia llena de luchas, es mejor que pensemos que ya nos independizamos y que ya somos libres, pues así ya no hay necesidad de seguir luchando.

Detrás de este Bicentenario, conciente o inconcientemente se esta festejando una toma del poder criollo y burgues, pero no un cambio real en las estructuras sociales. Y a la vez se desconoce las luchas populares por la autodeterminación. Seguimos viendo y viviendo la historia solo desde el poder.

Entonces, ¿que se festeja? ¿Independencia? ¿De quienes?

DIABLUMA
ORGANIZACIÓN POLÍTICA CULTURAL

PD de FG: la sabiduría popular suele decir que la historia se repite... y estos vientos de guerra que andan silbando en el región me quitan el sueño, y espero que si alguna guerra viene por acá no necesitemos de curas como Cuero y Caicedo para detenerla! Ojalá no recordemos un bicentenario de masacre imperialista el próximo año. Pilas ahí muchach@s, pilas ahí...

jueves, 20 de agosto de 2009

El enfoque personal de las independencias (Apuntes).

El ciclo de conferencias y de sinposios llevados a cabo en Quito hace nomás de un mes dejaron abiertos espacios por donde podemos meternos con garrote en mano hacia el pasado. Con garrote en la una mano y con la libreta de apuntes en otra. Pues, como bien sabemos, la historia que nos han venido contado de nuestras independencias propone, primero, una ofensa a la historia de los pueblos oprimidos de las Américas y, segundo, una narrativa vaga, lineal y repleta de vacíos. Esta historia no solamente ha sido contada en las aulas de nuestro país y nuestro continente. Es un relato que se ha instalado en diferentes esferas del espacio público y lo ha hecho como una verdad incontestable. Es natural, contarla es una forma de reproducir el colonialismo que aún nos arremete. Está presente en los museos, en los diarios, en la televisión. Para dar un ejemplo claro del descaro con que se la sigue entablando como verdad voy a contar lo que sucedió en el acto de inauguración. Después de las posiciones de los expositores del día 1 el alcalde de Quito, Andrés Vallejo, levantó su discurso pontificador no solo ante los presentes sino ante los especialistas historiados como queriéndo ofrecerles una clase gratis en la materia. Quedó en ridículo, claro, y esto sería simplemente anecdótico si no fuera tan indignante. Como dije, después del esfuerzo desmitificador de las ponencias frente a la mentira del discurso oficial, el alcalde de Quito vino a repetir en un discurso tan largo como aburrido, lo chuchas que son nuestro próceres del 10 de Agosto de 1809 y cómo esa sangre valiente corre por las venas de los quiteños. Yo no estoy desmereciendo la lucha de aquellos que se levantaron 200 años atrás, solo digo que esa no es, no pudo haber sido, el total de la lucha de los pueblos de América, ni ellos los representantes de los mismos. Recordemos que el Marquez de Selva Alegre y sus boys pertenecían a una clase tremendamente acomodada y que en su lucha no solamente planteaba un modelo enciclopédico y liberal del estado, sino que lo proponían por defender sus riquezas y sus intereses. Es válido mencionar en este punto que varios ponientes en la conferencia, entre ellos el pana Marchena, concordaron en el hecho de que varios de los movimientos independetistas de las Américas(algunos de estos liderados y protagonizados casi por completo por criollos de alcurnia) ni siquiera estaban seguros de si continuar o no bajo el régimen imperial. La idea del estado liberal-jacobino se consolidó en pocos rincones de América, uno de ellos, en Quito. En Ecuador en particular este modelo llegó a prosperar una vez obtenida la independencia. Un modelo en el que, según Dussel, se propone un nuevo concepto y una nueva praxis de la soberanía, del soberano, en relación a la idea imperial pero que seguía excluyendo al pueblo. Recordemos que en los inicios de la república ser ciudadano era más dificil que convertirse en astronauta. En varias de las contituciones de nuestra patria se establece que solo podían ser ciudadanos hombres, católicos, pasados cierta edad, hispanohablantes y, por sobre todas las cosas, que tengan bienes por sobre una cierta cantidad de dinero. El resto no existían formalmente y en la realidad se los desaparecía como sucedió en la pampa argentina. Este hubiera sido el estado que se hubiera forjado en 1809m era nada más que una anticipación de lo que fue una década y media después.

Sin embargo no todos pensaban así. Dussel habló de que no solamente existía este pensamiento liberal-jacobino entre los pobladores de nuestra región. Pensamiento que por ejemplo incluía a Bolívar y a San Martín. Pensamiento que por ejemplo rechazó a su manera Artigas y que trató de ejecutarlo Hidalgo. Pensamiento que, por otro lado, ocasionó genocidios como con Sarmiento. Todos deben estar en el paredón de la historia en este momento. Esta discordancia entre los llamados próceres, solo nos pueden llevar a pensar una cosa. Que la idea liberal-jacobina del estado no era la única que se fraguaba en esos momentos. Es allí donde Dussel habló de un Pensamiento Latinoamericano que si bien no se lo puede registrar con claridad (obviamente se hizo todo lo posible para que no surja) incluyó en distintas etapas a varios de las figuras más importantes de nuestra independencia aunque de maneras parciales. La lucha anticolonial, por ejemplo, era una prioridad para cualquier lucha latinoamericana. Otro de los ejes sobre el cual gira el PL es una nueva idea de soberanía que, en cambio, no pudo ni debió instalarse porque era contradictoria con varios de nuestros libertadores.
El primer punto de la independencia se alcanzó parcialmente. Bolívar la hizo prometedora. Creo que la importancia de Bolívar no fue mencionada por Dussel durante su conferencia. A pesar de que el pensamiento bolivariano ignorara el segundo eje del llamado PL, fue más allá de estos dos ejes mencionados. El primero se conquistó parcialmente, dadas las circunstancias objetivas de la época: eliminar el yugo de la corona española. Digo parcialmente porque no se aniquiló a los verdugos de los pueblos y en cambio las clases burguesas nacientes y las clases hacendadas utilizaron al estado como un dispositivo de poder, de opresión y como medio de legitimar a las mismas. Ese es el vicio que crea el estado, que decreta enemigos por nacionalidad, nos da un sentido de pertenencia alejado de nuestra realidad inmediata y nos hace vibrar por sus victorias. Por lo tanto oculta a nuestros opresores endémicos (esa es la idea, daahh!, a veces si soy bien huevón). Bolívar no pudo evitar esto e ignoro si esa fue su intención. Hasta podría pensar yo que le allanó el camino a las nacientes oligarquías y a los omnipresentes terratenientes (que palabra más infeliz). Pero el sueño bolivariano iba más allá como dije, gira entorno a un tercer eje que implica el reconocimiento de los pueblos de América como hijos y sujetos de una misma realidad histórica. Nosotros los hijos de Bolívar, hijos bastardos a veces, hemos tenido la suerte y tenemos el deber de recoger su sueño: la Patria Grande. Claro que este tercer eje, por lo menos a mi, me resulta contradictorio con el estado liberal que se inauguró a partir de las Independencias, otra vez, no sé si con el consentimiento del libertador o no. Ahí me queda un vacío y para eso tendré que leer a Bolívar y a Rodriguez para comprobarlo o esperar que alguien me lo explique, ojalá que por esta vía. Yo sospecho que Bolívar pensó la Patria Grande bajo el paraguas del estado liberal, pero esa es una irresponsable supocisión, síntoma de un excesivo razonamiento barroco.
En todo caso creo que la única manera en que podemos entender las luchas de hoy es entendiendo las de entonces y para eso debemos decontruir la historia y someterla a exámenes de laboratorio para irla poetizando de a poco. El caso es que la utilidad de un congreso como el que ocurrió pocas semanas atrás solo se verá en el momento en que, a través de la lucha social, reconquistemos nuestra historia. "A un reino le es lícito reconquistarse," dijo Dussel que dijo Morelos, refiriéndose al hecho de que es la gente quien debe decidir como contar su historia. Para conquistar nuestra independencia definitiva debemos tomar en cuenta cómo se lucho antes aprender de los errores tácticos de entonces y comprender que la lucha no tiene como fin la victoria sino la lucha misma.

miércoles, 19 de agosto de 2009

Zoom. (Cuento)


María Gabriela Alemán.

Huelo a chimpancé. Es un resorte primario, un llamado que tendría razón en las montañas, pero que causa rechazo en la ciudad. Tengo que disimular con fragancias que lo ocultan. Pero no es mucho lo que puedo hacer, los jabones solo borran suciedades y lo mío no es tierra, sino algo diferente. Es mi cuerpo poblado de disimulos furiosos que buscan su escape en los poros de mi piel.
Este olor: mi manera de llamarte.
Los ojos ocultan, pueden cambiar según el colo de la ropa o la luz del día, pueden ocultarse detrás de gafas y así, también, el tacto resulta demasiado directo y racional. Sobre el olor, en cambio, no se posee ningún control. Es embarazoso.
No puedo mantener mi propio espacio debido a él, ha crecido hasta hacer desaparecer todas mis iniciativas. Y al abordarme así, sin precaución, dejándome sin respiro, me entrega sin límites a ti. Temo los días que no podré verte pues sé que el olor los hará sofocantes. Pero no atrevo mi paso en tu dirección porque mi olfato arrasa con mis otros sentidos y dejo de verte, de sentir tu presencia y sólo me preocupa una vergüenza creciente. Entonces, prefiero mirarte de lejos y observar el mundo con ojos de bebé recién nacido, no reconocer mis impulsos y volverme inútil. Con esta mirada vacía, en esta cara adulra, se vuelve imposible adivinar mis pensamientos.
Lo prefiero así. Acercar mi deseo a tu sombra. Adivinar lo que haces sin saberlo, por no poder mirarte. Visitar tu lugar de trabajo cuando no estás, merodear los alrededores, esperando que tu cercanía calme mi cuerpo.
Por lo pronto los resultados no han sido alentadores.
El olor se vuelve punzante y crece en intensidad. He tenido que recurrir a farmacéuticos que me han recomendados productos importados. He pensado en visitar a médicos, pero qué decirles, que mi celo es enorme, preocupante. Que avasalla mi vida. O, tal vez, buscar el consejo iluminador de un analista que me hable de un complejo reprimido de un trauma mal resuelto.
Sé qué tengo que hacer, pero soy una serpiente mordiéndose la cola. Para acercarme tengo que cambiar y eso es imposible: siempre somos el resultado de nuestros actos pasados. Y aunque un día me pinte de azul y otro sea una cenicienta inoportuna y al quinto día mida mi futuro con alegría, sólo seré la esencia de mi carácter y tendré mi cuerpo, como una ventana, abierto para ti.
Cualquier certeza es inútil, me llevaría a eternizar el momento. Prefiero continuar trepando, lenta, a un cerpúsculo eterno donde la felicidad y la trsiteza se fundad; donde una gripe no te impida ir al trabajo y yo pueda acercarme sin temor.
Adivino, sin embargo, que ése no es el camino. He descubierto que la paz atenúa de alguna manerta este olor y el sueño repara por completo. Amanezco en un ambiente neutro y descontaminado; es el movimiento, el sol inundando la cama el calor aplastante de sauna que crece en el cuarto, lo que imposibilita que todo continúe normal. El olor trepa por mis axilas y mancha las mangas del pijama. En ese punto, la ducha es un mero devenir. El olor es soportable hasta que acerco la toalla a mi cuerpo y me seco
Soy una burla, un repaso de chistes y mala conciencia.
Pero que tiren la primera piedra los que nunca dudaron en levantar el brazo en un bus atestado de gente; quien no quiso impresionar a una muchacha con un aroma perfecto y alzó los puños victoriosis y descubrió el vaho que huía de su piel.
Que atreva su paso por esta vereda, que me recrimine por este olor, pues su respiración no es parte de mi maldición. Mis convicciones, aunque rayanas en la obsesión, son mías. Desconozco cuáles son las de los demás. Pero todos abrazamos algo similar. Algo que es nuestra desgracia y es, a la vez, nosotros mismos.
Yo soy este olor que no existía antes de ti.
¿Será mi destino, mi maldita bendición?
La noche me lleva a pensar que no es sólo el deseo lo que me aleja, sino el miedo. Mi temor a ser rechazada o a iniciar un afecto absoluto que me convertiría en un animal de compañía. Ése es el olor que me envuelve; eso es lo que me hace florecer como una pestilencia.
Y como no todo es higiene, y aún así es algo indispensable, me alejo de esta voluptuosidad. Invento la manera de no degradar mi cuerpo a una combinación química con objeto de uso. Dejo de visitarte, alejo tu imagen de mi cabeza. No es imposible, me recupero como un drogadicto rechazando un mal hábito. Es sólo cuestión de tiempo y, sin malgastarlo, busco otros entretenimientos: un libro releído cientos de veces, una cena costosa, un pantalón nuevo.
Me libero así del encantamiento. Puedo habitar la vida como antes, como después, rompiendo el camino que conduce a Oz.
Aunque cada tanto, como un animal atrapado, me refugie en un rincón y con la ayuda de una linterna, en plena noche observe los rasgos de tu rostro, sobre una fotografía, mientras siento ese olor que, como una cachetada, atesta mis sentidos y me sofoca dentro de la habitación cerrada.

De Zoom, Quito, Eskeletra, 1997.

Maria Gabriela Alemán


Biografía de Gabriela Alemán:

sábado, 15 de agosto de 2009

Esperando la Gran Novela Ecuatoriana

Este se ha convertido en un tema de conversación recurrente en varios círculos de intelectuales de los que he sido testigo porque abre una pregunta: de si ya se escribió la gran novela de nuestro país. La cuestión se pone más seria a un cuando los círculos intelectuales encima se vuelven localistas y regionalistas. Ahí es más grave, ahí se preguntan sobre la gran novela de Quito o Guayaquil y ya mismo se van a preguntar por la gran novela de Tumbaco o de Ficoa. Tremendo. Lo peor es que en estos círculos de escritores y críticos (que además sin un mínimo temor a la soberbia postulan nombres como si esto fuera un concurso de belleza, esto, por cierto, me parece más grave que autopostularse como el gran novelista ecuatoriano) han definido ya lo que sería la gran novela ecuatoriana: una novela total.
Y bueno. Yo no se lo que será una novela total ecuatoriana, si se referirá a una novela que hable del barcelona, la liga y el emelec o si hablará de las tres regiones o de los 159 partidos políticos de nuestro país, o de todas las mujeres de Vito Muñoz. Todos son temas posibles, se me ocurre. Lo que más me asusta es que hasta se habla de la mínima extensión que debería tener, porque claro, a quién se le va a ocurrir la desfachatez de escribir una novela total de 90 páginas? sería aniquilado en estos mismos círculos. A menos que sea un genio dirán. Así mismo se han planteado modelos, se ha dicho que quién escribirá en Ullyses o el 2666 de la patria. Estamos jodidos entonces porque quienes alguna vez tenemos el sueño de escribir algo parecido a una novela tenemos que escribir en inglés o 1000 páginas en Times New Roman 11! Lo bueno es que yo no entiendo que es una novela total, porque no sé lo que es una novela por completo y menos cómo escribirla. Es una duda tremenda, porque como soy malo para la poesía y los pocos cuentos que me salen bien solo podrían disimularse en una novela, nunca voy a poder escribir en serio, o sin dudas por lo menos. Pero en cambio he visto y conocido tipos que hablan ya de su novela total nunca escrita, hasta saben como van a salir en la foto de la portada, pero no el título. Quizá lo que no se sospecha es que la gran novela ecuatoriana también puede ser una novelita, una cosa chiquita, una semilla. Por suerte el único proyecto de novelista que es mi amigo empezó por el título, entonces no todo es triste en la literatura. Estoy seguro que los futuros novelistas de mi país andan por ahí en las calles, sin chaquetas, ni whikises, ni palabrotas, sino en sus respectivas trincheras fumándose su bareto, escuchando basca, tomándose un vino clos y haciendo el amor no con Madame Bovary sino con la mujer que los convoca.