domingo, 26 de julio de 2009

Las independencias un enfoque mundial.

A partir de Mañana empieza el Congreso Sudamericano de Historia en donde se hará una tratativa sobre los procesos de descolonización con motivo del bicentenario del 10 de Agosto de 1809. Entre los principales ponenetes se encuentra Alejandro Moreano y Enrique Dussel, quienes cerrarán este ciclo de simposios y conferencias este próximo día viernes. Para asistir al Congreso se debe realizar una registración en línea muy sencilla y cubrir el costo de la inscripción. Aquí dejo el link.

http://www.congresoindependencias.com/portal/index.php?idpadre=54&idselec=54&sitio=participante


miércoles, 22 de julio de 2009

Desenterrar el Amor

¿se escogía ("quiero morir contigo") a la persona

con la que uno iba a vivir toda la muerte,

náufragos intrusos en el subsuelo para ver desde abajo

cómo anda el pobrecito amor fugaz en el país de arriba,

y quedarse así embisagrados,

oyéndose para siempre el último parpadeo,

viéndose para siempre el último latido,

condenados a morir a amor lento

sin los tristes despueses del desacoplamiento?

` - Jorgenrique Adoum, El Amor desenterrado


Amar es peligroso, desenterrarlo es herejía

sin embargo amantes, amigos, todos lo hacen

lo hacemos diré, no sé si a mucha honra

o a cuenta gotas, con algo de miedo más bien


amar a secas, así sea en el norte, implica desterrar

al miedo aunque parezca cosa casi que inevitable

particularmente cuándo en el sur, nuestro norte, se

desentierran los cimientos y los (re)sentimientos


amar, así, con minúscula, es simplemente vivir

en todo caso, sobre-vivir, que no es lo mismo

aunque venga siendo igual dónde se esté, aquí

y ahora toca desaprender el miedo para seguir


en esto de vivir, que puede ser, estoy seguro,

cosa de existir para poder morir así, como

seres humanos que no buscan más que vivir

con alguién que nos acompañe en cualquier

destierro



Ricardo Sánchez.

viernes, 3 de julio de 2009

El árbol de la vida.

1.
En el poema "Desencuentros con Julio" Jorgenrique (ojalá me sepa perdonar el abuso de confianza) escribe: "¿y a quién vamos a darle el pésame cuando él se muera si no a nosotros mismos?" Eso me pregunto ahora. Claro es fácil preguntarse esas cosas en este país después de que el maestro ya las escribió. Pero yo me pregunto si no habrá que darle el pésame a la poesía misma. Porque para mi Jorgenrique era sobretodo un poeta y y por eso la poesía anduvo de luto en estos días. Qué vendrá a ser la poesía ahora sin Adoum. Será una señorita de esquina lujuriosa? Una señora de caricias descompuestas? Cómo se la acaricia ahora en todo caso? A dónde habrá ido a parar? dónde buscarla? Creo que la poesía de Adoum, por suerte, no está atrapada en sus páginas. No fue un poeta de escritorio o diccionario. Fue un poeta lanzapiedras, lanzaversos. La poesía de Adoum hay que leerla en voz alta, en las calles, en los buses y en los estadios. Leerla en voz alta para que regrese a su hábitat natural. Leérsela a una mujer antes de meterle las manos y el alma debajo de la ropa, leérsela en modalidad susurro.
2.
Jorgenrique Adoum fue, como dije, un poeta. Esa es mi humilde opinión. Encontré pocos espacios donde se profundizara al poeta y su obra, pero de los pocos que encontré en general se trataba a su novela Entre Marx y una Mujer Desnuda como la obra capital del Ambateño y creo, que en general, se puede estar de acuerdo en eso. En algunas de estos espacios, particularmente en un blog llamado "libros, autores y riesgos," donde se discutía principalmente la ausencia de Adoum en el boom de la literatura latinoamericana, hubieron comentarios desfaortunados por algunos mal llamados "intelectuales." El papel de los intelectuales, de los críticos literarios en particular, no debe ser el de destruir la poesía a costa de elaboraciones académicas, sino, por el contrario, cuidar de ella y, si se puede, entablecer un diálogo que la enriquezca. Esto fue lo que encontré en la crónica del escritor mantense Raúl Vallejo que me la mandaron el Ricardo y el Hernán y que está en la página del telégrafo y en el blog del ministro de educación. Es una pena haberme encontrado con varias opiniones que más allá de calificar la obra de jorgenrique (quién diablo somos para hacerlo?) se han dedicado a apadrinarla, cayendo por supuesto en vergüenza.

3.
Mi homenaje a Adoum es por supuesto más humilde, creo que no puedo caer en el error que acabé de denunciar y por eso me parece detestable darle chance al debate de si jorgenrique era o no del boom o si merecía serlo. Adoum era universalmente latinoamericano, el se fue con ese nombre por la tierra, hasta lugares en que lo veían con asombro y duda, porque creían que solo con hablar iba a levantar un muerto o causar un aguacero. Y no se equivocaban. Jorgenrique descubrió el verdadero nombre de las cosas, el verdadero nombre de la piedra y del hueso. La verbalización poética del sustantivo es lo que les imprime su nombre real, por eso lo acusan de comunista nostálgico, y vaya que lo era, y que hay que serlo, porque desde tiempos inmemoriales le han quitado a la piedra la memoria. Pero esta estaba allí intacta, y esos ojos miopes la supieron mirar con el asombro con que se mira al Pailón del diablo por segunda, tercera y quinceaba vez. Este oficio de jorgenrique, de devolverle el alma a la palabra es lo que le hizo y le hace nuestro poeta mayor. El sabía lo arriesgado del asunto, muchas veces se preguntó si las palabras harían el trabajo del fusil, pero se dio cuenta de que el abrazo y el verso eran (y son y seguirán siendo) un acto más revolucionario todavía (perdón por el cliché). En esta lucha, que también es caricia, jorgenrique nos iluminó los caminos de la poesía ecuatoriana y de la patria grande, de esta ruta en que estamos encaminados desde tiempos ancestrales, aunque no hayamos acertado muchas veces los caminos. Él supo montarse en el endiablado ferrocarril de la lucha por la reivindicación de la palabra, por la reivindicación del hombre. No son pocas las culturas en el mundo en que el término PALABRA y el término con que se define el ALMA es el mismo. Así, al darnos jorgenrique la palabra de nuestras tierras y sus gentes también nos entergó sus almas. Como el árbol le entrega a la vida sus raíces sus tallos y sus hojas y la vida en recompensa le convence al árbol de que son la misma cosa que son, ambosdos, el árbol de la vida.

4.
Cuando empecé a escribir este pequeño homenaje, que no podía tener otro nombre, había acabado de visitar la Capilla del Hombre con algunos amigos. Como bien se sabe los restos de jorgenrique yacen en un pino que florece en uno de los patios donde pasó varios años de su vida su amigo Oswaldo Guayasamín. Quién sabe de cuántas cosas habrán hablado allí incluyendo la promesa de enterrarse juntos en aquel lugar. Me he imaginado ese acuerdo durante mucho tiempo ya y, sin embargo, no se me ha ocurrido ningún verso, ni frase y peor un diálogo. Una lástima, pero esto me ha hecho recorrer la poesía de Adoum con cierta tenacidad. Allí les dejo un fragmento que nunca se me ocurriría, y que es parte del Amor Desenterrado que escribió el poeta a los Amantes de Sumpa.

...¿se escogía ("quiero morir contigo") a la persona
con la que uno iba a vivir toda la muerte,
náufragos intrusos en el subsuelo para ver desde abajo
cómo anda el pobrecito amor fugaz en el país de arriba,
y quedarse así embisagrados,
oyéndose para siempre el último parpadeo,
viéndose para siempre el último latido,
condenados a morir a amor lento
sin los tristes despueses del desacoplamiento?

de El Amor Desenterrado.

miércoles, 1 de julio de 2009

Solidaridad no es intervencionismo


ricardo sánchez cárdenas


La respuesta de la totalidad de gobiernos en las Américas y el resto del mundo al golpe de estado perpetuado por un grupo de militares y elites políticas demuestra dos cosas importantes sobre los desafíos históricos que tenemos por delante, no solo en Honduras sino en toda América Latina.

Primero lo bueno. Los distintos métodos de integración regional en América Latina demostraron su utilidad en momentos de crisis y siguen poniendo presión al gobierno de facto en Honduras y se respete el derecho democrático de un pueblo a decidir su propio destino. Los miembros del ALBA han sido tajantes en reafirmar los principios de solidaridad y democracía que guían a un organismo que cuenta con un consejo de movimientos sociales y rompe con la lógica de mercado de otros tratados internacionales. No se puede llamar de intervencionismo al intercambio solidario de experiencias históricas y la defensa del derecho del pueblo hondureño a ejercer su poder constituyente como los Venezolanos, Bolvianos, y Ecuatorianos lo vienen haciendo en los últimos años. Las diferentes asambleas constituyentes que hemos visto en estos países representan mecanismos novedosos para re-inventar la legitimidad del concepto de "democracia" en una región donde siempre fue prórroga de los poderosos determinar las reglas del juego democrático.

La segunda razón es preocupante. La decisión de secuestrar a un presidente democráticamente electo, como ocurrió en Venezuela en 2002, trae inmediatamente memorias de las dictaduras militares que nos costaron tantas vidas a los latinoamericanos. Con estos recuerdos viene la aún presente amenaza de la agresión imperialista que siempre puede venir del vecino del norte. Si bien es cierto Obama ha sido coherente con la posición democrática de todos los gobiernos de la región no podemos negar que la política externa de "promoción de la democracia" (democracy promotion en inglés) sigue financiando a elites políticas y económicas que constantemente desafian las decisiones democráticas de los pueblos de estos países.

Pero no es solo la memoria de la represión y la tortura que nos debería hacer temblar cada vez que escuchamos de un golpe de estado en respuesta a la decisión de crear maneras de que el pueblo se exprese democráticamente. La experiencia más reciente de "democracias" hipócritas que impiden a la gente ejercer su poder constituyente todavía es la regla y no la excepción en América Latina. Las luchas de los movimientos sociales y la represión de estos tiene que ser entendida como una lacra aún presente que viola los requisitos básicos de una democracia. Nunca podremos entender lo que está en juego en Honduras y en América Latina sin recordar que la demanda por asambleas constituyentes que eleven el derecho al agua y a la soberanía alimentaria a derecho humano, por ejemplo, nacen de la lucha valiente de los movimientos sociales y no de la inspiración de uno u otro lider.

Una interrogante todavía por resolver es por qué una elite se envalentona de la manera en que demuestran los golpistas en Honduras sin el apoyo del emperador de turno. Los Estados Unidos han declarado, aunque ambiguamente, que el único presidente de Honduras es Manuel Zelaya sin embargo no ha tomado acciones concretas para presionar al gobierno de facto del empresario Micheletti. En 2002 en Venezuela, las elites políticas y económicas tuvieron el abierto apoyo del gobierno de Bush que fue el primero en reconocer al gobierno del empresario Carmona que duró menos de 48 horas dada la solidaridad de otras naciones latinoamericanas, la sublevación popular y de los bajos rangos del ejército Venezolano. Ofrezco dos reflexiones sobre este paralelo histórico para tratar de contestar esta interrogante "por ahora".

Primero, es significativo que los dos últimos golpes militares vistos en América Latina son empresarios. Nada más apropiado para revelar la hegemonía del neoliberalismo que aunque moribundo sigue influenciando a grandes sectores de las clases medias y a la derecha neoliberal que últimamente no tiene empacho de actuar de manera anti-democrática. Es importante reconocer esa hegemonía para no dejarnos engañar por los ternos y las corbatas de empresarios que igual que los dictadores militares de nuestra historia son resultado de la desigualdad (neo)colonial.

Por último, podemos pensar que esta actitud aparentemente irracional de una elite centroamericana, acostumbrada a usar las armas de los militares para reprimir las legítimas de uno de los pueblos más pobres del continente, resulta precisamente de la desigualdad social. Es la tremenda desigualdad de varios tipos que han sido la regla social por excelencia en la historia de las Americas que produce este tipo de escenarios históricos. La desigualdad social resulta en polarización política cuándo las elites deciden que sus intereses están bajo grave riesgo dadas las actitudes de un actor político poderoso como el gobierno, al que muchas elites en la región estaban acostumbrados a manejar a su antojo. Cuándo el gobierno crea mecanismos para que sectores populares hagan demandas históricas para reconocer la injusticia de la desigualdad que viene desde tiempos coloniales, y que afecta particularmente a los pueblos indígenas, a l@s campesin@s y trababajador@s, a aquellos que históricamente nunca fueron escuchados en el gobierno, como lo puede llegar a ser una asamblea constituyente se lo acusa al presidente de turno de crear la polarización socio-política. Todo proceso de cambio social implica una polarización socio-política particularmente dadas las condiciones históricas de desigualdad en la región. Es por esto que el desenlace de esta amenaza a la democracia de nuestra América no puede ser entendido por lo que hagan o digan los hondureños que sienten que una asamblea constituyente solo sirve para que un presidente concentre más poder pues en el fondo estas clases sociales lo que sienten es miedo a la posibilidad de que el cambio social afecta a sus intereses personales. El desenlace será el resultado de lo que pueda hacer el pueblo hondureño, su poder constituyente, y la solidaridad de los otros pueblos que siguen luchando por que se les reconozca el derecho a definir lo que significa "democracia" y "derecho" en sus países. Es mucho pedir?