sábado, 6 de noviembre de 2010

la sonrisa de ilsa

las primeras páginas de "tu rostro mañana, fiebre y lanza" hablan sobre por qué no se debería contar nunca nada. pero también habla sobre el arte de la mentira, del engaño. es más fácil decir la verdad, dice marías.

creo que hice una mala cita. creo que quería hablar de "corazón tan blanco" porque es allí donde habla sobre el ocultamiento, sobre las cosas que es mejor no enterarse nunca o no contar.

el engaño, lo sabemos, es el tropo literario fundamental. incluso el pacto biográfico que nos permite entender la conexión entre la realidad y lo literario es, más que un elemento que le inyecta verosimilitud a cualquier relato, un engaño, una estafa vil. vargas llosa habla de esto. para el peruano la mentira aguanta la literatura. los escritores son fabuladores y por tanto estafadores. pensemos por un momento en sherezadee, en las mil y una noches. para ella es realmente vital narrar. si no narra no sobrevive. si no miente, no sobrevive.

pero la cosa se pone peor cuando pienso en borges. para borges ningún texto, ni periodístico, ni científico, está libre de engañar. el lenguaje es, por sí solo, una metáfora de la realidad. y la metáfora es una réplica fallida, una mentira. un fracaso.

sin embargo, a medida que nos vamos acercando más a la literatura, aceptandola como engaño, como una copia apócrifa, entendemos esta condición. entonces nos sumimos a las reglas del texto. aceptamos la asunción de remedios la bella sin reparos. entramos en el hechizo de poe y de cortázar. en el quito imposible de palacio. luchamos contra molinos de viento.

pero qué pasa entonces cuando leemos otra vez "el jardín de senderos que se bifurcan" y nos damos cuenta que dentro de la fábula nos engañan otra vez? que borges nos miente siempre en la mentira? que somos engañados dos veces? allí aparece una angustia. la angustia de haber una vida que no teníamos que vivir y vivimos. de pronto quedamos anulados. eso que creímos se viene abajo, y nosotros nos vamos con eso. caemos, no ya como altazor, sino como un paracaidista al que no se le abre el paracaidas.

el golpe es fatal.

2.

casablanca es la mejor película de la historia. no entendemos el cine moderno sin casablanca. es como shakespeare en la literatura. no habrá una película tan lograda como casablanca. es el centro del canon, diría bloom. pero eso es aparte.

a shakespeare, tolstoi no le perdona su popularidad, el hecho de que la "plebe" lo haya sentido como suyo, que haya podido reflejarse en sus obras. la transferencia de shakespeare a la cultura popular es similar a la de casablanca. quizá la última conversación entre Bergman y Bogart es la escena más famosa del cine, a pesar de que fue hecha en 1942. todos quedamos con las ganas de ingrid se quede con Rick. no lo hace y nos destroza, nos cambia la vida. de esa derrota no nos recuperamos nunca. cómo puede ese amor clausurarse? cómo puede no seguir?

fácil. porque ese amor no existía.

cuando ilsa finalmente le dice "god bless you" y se da la vuelta y se va junto victor, mirando ese horizonte que nos está negado por la cámara, el avión- américa- el futuro, caemos en la cuenta de la tragedia. no miramos más, no queremos ver. es dificil ver que alguien se vaya para siempre, los ojos buscan otro punto, allí atrás, donde queda sembrada la sombra de Bogart. nos quedamos con él. Ilsa se nos desvanece a pesar de que la estamos viendo, caminando codo a codo con Victor.

Por eso no vemos una sonrisa final de Ilsa. Una sonrisa que es un guiño de ojo. una sonrisa dirigida, que mira a víctor de una manera que solo puede ser cómplice. lo mira como se miran dos ladrones después de un atraco. pienso en la mirada de robert redfort y paul newman en el golpe. salvo que en el golpe siempre sabemos del secreto, de la estafa. en casablanca no. solo en esa sonrisa que le da ilsa a victor se nos revela el engaño. un engaño que por otro lado está propuesto desde el segundo encuentro de ilsa y rick en casablanca (la ciudad). esa sonrisa es distinta. es una sonrisa que nunca le regala a rick. una sonrisa ajustada y puntiaguda. imperceptible. una sonrisa en la que no se escapa el alma: cómplice.

esa sonrisa expresa mejor que nada en lo que pueda pensar ahora las operaciones del engaño. la gran fórmula de la literatura.

esa sonrisa de ilsa.
la fatal sonrisa final de ilsa.

1 comentario:

  1. Estimadísimo:
    Casualmente acabo de ver Casablanca con mis alumnos, y reflexionaba sobre eso mismo: es la historia de un engaño. Ilsa engañó a Rick, luego engañó a Víctor, luego engatusa a Rick una vez más y éste se deja engañar pese a tener la oportunidad de irse con ella; sabe bien que aquello acabó y nunca volverá a ser. la frase clave es "Quiero recordarte como eras en París". Rick lo hace todo por la memoria que quedará indeleble en el presente y el futuro que apenas se dibuja. Un abrazo. Ramón Meza

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