no sé si sigo asustándome cada vez que me entero sobre lo infinito que es el universo, y cómo es imposible de comprenderlo y , en consecuencia, lo insignificantes que somos, como nuestra existencia es un suspiro, nada más que un suspiro en las estrellas, si es que es mucho, y que en nada difiere que existas o no, porque nada va a cambiar si te mueres ahora o en 50 años, igual vas a ser olvidado, en el mejor de los casos, porque encima nada ni nadie se interesa en olvidarte, y es como si nunca hubieramos nacido en verdad, y nada de lo que hagamos en realidad va a importar.. A veces ya no me asusto tanto porque no tiene sentido asustarse, es pendejo,, que se preocupen los que tengan que preocuparse, o sea los físicos, porque si el universo se esta expandiendo, puebla no se está expandiendo todavía y yo vivo aki, en puebla, hoy en día, así como no se está expandiendo tampoco la china, y no me preocupo mejor por el papel que juego en las estrellas. No me asusto entonces de que el universo sea infinito y así mismo sea incomprensible e inabarcable. O sea hacia afuera. Lo que me preocupa sin embargo no es el universo universal y su infinita masa inabrazable, o inmirable, lo que me asusta es su recuerdo. Es increíble, pero aunque no parezca casi todo lo que vemos en memoria. Memoria viva, o semimuerta, memoria, a secas. Las estrellas que miramos no son sino el rumor de algún sol que brilló ante otros , como nuestro sol ante nosotros hoy. Habrá existido entonces en otro tiempo la misma historia, o sea la de nuestro mundo, y nuestros personajes y nosotros no seamos más que una duplicación, una re-lectura, como le hubiera encantado a Borges?. En todo caso, si somos una repetición y si no vamos a ser sino repeticiones, a mi me gustaría encontarte todas las veces que vayamos a existir bajo otros soles y bajo otras lunas. Lo digo desde aurita, para que me escuchen bien. lo digo claramente. Que si nos vamos a repetir infinitamente, quisiera que te volvieras cruzar y nos volvieramos a ver, a cometer el mismo pecado una y mil veces, en un sol o en un agujero negro, en puebla o en una galaxia tan lejana, cuando puebla sea también solo un recuerdo que miramos en el cielo, en forma de estrella, de alguna manera.
Ojalá, si no hacemos más que repetirnos, ojalá pudiera conocerte otra vez, aunque te vuelvas a ir.
Ojalá, si no hacemos más que repetirnos, ojalá pudiera conocerte otra vez, aunque te vuelvas a ir.
¡Al fin! Hasta que alguien entiende mis problemas existenciales. Claro, lo último ya es cosa que yo no podría decir, pero lo de la muerte, la memoria, la realidad y el universo en expansión, casi como lo hubiera dicho yo.
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